miércoles, 24 de agosto de 2016


Una mujer muy caprichosa y unas flores muy bellas



Había una vez una mujer muy caprichosa, a ella le gustaba mucho tener los mejores zapatos, los mejores vestidos, y todo para ella tenía que ser perfecto, entonces cuando sus sirvientes no le daban gusto los despedía. Ella se sentía muy triste porque aunque lo tenía todo se sentía sola, vacía. Así que decidió buscar una amiga. Lamentablemente nadie daba la talla para ella y obviamente nadie quería ser su amigo. Todos huían cuando la veían acercarse o se hacían los distraídos.

Eso pasó muchas veces y esa mujer no sabía qué hacer, pero ella no cambiaba, siempre pensaba en los defectos de los demás, no en los suyos propios.

Un día pasó por una floristería y vio unas flores que para ella resultaron perfectas, y, como todo lo perfecto, esas flores eran muy caras, pero la mujer no dudó ni un segundo en comprarlas.

Cuando llegó a casa las puso en el mejor lugar, en el que más resaltaban.

Esas flores resultaron ser unos bellos girasoles, tenían muchos colores y eran exactamente 12 flores, con exactamente 71 pétalos cada una y 852 entre todas. Como esas flores eran tan bellas también eran caprichosas, entonces todos los días pedían que las llevasen de aquí para allá en una bandeja de plata, les gustaba ver el sol y también que las paseasen, y exigían que les echasen agua cada 15 minutos.

La vida era muy difícil para la mujer, ya no tenía tiempo para ella, así que por eso no podía arreglarse con sus mejores vestidos de seda, plumas y lentejuelas.

Así que poco a poco dejó de pensar en ella misma y solo pensó en sus flores, un día se cansó de eso, agarró la jarra de las flores y dijo: “ya me cansé” y la lanzó por la ventana, casi le cae a alguien en la cabeza, pero afortunadamente no sucedió.
Ella había cambiado, ya no se fijaba en los demás como antes, sino que ahora los veía como si fueran bellos como las flores, cambió su actitud, de milagro cambió su vestuario y sus amigos resultaron ser muy buenas personas que nunca la abandonaron aunque estuviese metida en los peores problemas posibles. Las flores fueron rescatadas por la persona que casi gana un dolor de cabeza por culpa de las mismas y así las flores cambiaron de mano en mano modificando así la vida de muchas personas.


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