viernes, 12 de agosto de 2016


El tren de las flores

Hace mucho tiempo no había plantas en ningún lado, todos admiraban cosas como el agua, la nieve, el fuego, las montañas y otras cosas, pero nunca conocieron a los pequeños matorrales, ni a los árboles. Por eso la alimentación era muy simple, solo comían carne, como por ejemplo, se alimentaban de conejo, vaco*, oveja, hormiga, serpiente, tortuga, cerdo, en fin… muchísimas otras cosas.

Las personas que querían ser delgadas no tenían la opción de comer frutas y verduras porque no había, sino que tenían que dejar de comer durante meses, incluso años, y morían. La situación era muy difícil para todos ellos.

Un día llegó un tren, era extremadamente pequeñito, lo curioso era que él hacía las vías a medida que avanzaba, y cuando terminaba de usar el pedacito de vía este desaparecía. Cuando este trencito vio lo que pasaba se preocupó por las personas de ese lugar porque todos eran regordetes y feítos, el dueño de ese tren era también muy pequeñito y encima de todo invisible, se le consideraba muy poderoso porque podía crear cosas que no existían, un día después de pensarlo mucho hizo una pequeña plantita, la cortó en muchos pedacitos e hizo una mezcla rara con muchos elementos, por ejemplo, patas de oruga, caparazón de la tortuga de ayer (solo esa podía usar), también agregaba unas pequeñas pepitas que llamaba seimilias belias, todo esto lo trituró muy bien y lo multiplicó por mil, lo volvió invisible para que no ocupase espacio y lo metió en su aspiradora invertida, la llamaba así porque en vez de aspirar cosas las expulsaba. Un día se fue por ahí y prendió su aparato, empezó a andar de un lado para otro y ¡el invento funcionaba!, lamentablemente solo para él, era el único que podía ver lo invisible. Por el momento todavía no había funcionado del todo bien ese intento, como nadie veía los árboles continuamente les caían cosas en la cabeza y pensaban que el de atrás les había pegado, por eso empezaban unas peleas terribles.

El hombre invisible, dueño del tren, buscó su antídoto anti-invisibilidad y volvió a empezar su viaje por todas partes, afortunadamente todo se volvió visible.

Pero, ¡ay no! ¡El hombre invisible no podía seguir llamándose así! Le había caído una gota de su pócima mágica y ahora todos podían verlo, a él no le gustó la idea de que lo viesen despeinado así que bebió su invisibilizador y se fue dejando a todos extremadamente agradecidos y con el tiempo algunos quedaron extremadamente delgados sin necesidad de evitar la comida y morir.



*vaco es el esposo de la vaca

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