El tren de
las flores
Hace mucho
tiempo no había plantas en ningún lado, todos admiraban cosas como el agua, la
nieve, el fuego, las montañas y otras cosas, pero nunca conocieron a los
pequeños matorrales, ni a los árboles. Por eso la alimentación era muy simple,
solo comían carne, como por ejemplo, se alimentaban de conejo, vaco*, oveja,
hormiga, serpiente, tortuga, cerdo, en fin… muchísimas otras cosas.
Las personas
que querían ser delgadas no tenían la opción de comer frutas y verduras porque
no había, sino que tenían que dejar de comer durante meses, incluso años, y
morían. La situación era muy difícil para todos ellos.
Un día llegó
un tren, era extremadamente pequeñito, lo curioso era que él hacía las vías a
medida que avanzaba, y cuando terminaba de usar el pedacito de vía este
desaparecía. Cuando este trencito vio lo que pasaba se preocupó por las
personas de ese lugar porque todos eran regordetes y feítos, el dueño de ese
tren era también muy pequeñito y encima de todo invisible, se le consideraba
muy poderoso porque podía crear cosas que no existían, un día después de
pensarlo mucho hizo una pequeña plantita, la cortó en muchos pedacitos e hizo
una mezcla rara con muchos elementos, por ejemplo, patas de oruga, caparazón de
la tortuga de ayer (solo esa podía usar), también agregaba unas pequeñas
pepitas que llamaba seimilias belias, todo esto lo trituró muy bien y lo
multiplicó por mil, lo volvió invisible para que no ocupase espacio y lo metió
en su aspiradora invertida, la llamaba así porque en vez de aspirar cosas las
expulsaba. Un día se fue por ahí y prendió su aparato, empezó a andar de un
lado para otro y ¡el invento funcionaba!, lamentablemente solo para él, era el
único que podía ver lo invisible. Por el momento todavía no había funcionado
del todo bien ese intento, como nadie veía los árboles continuamente les caían
cosas en la cabeza y pensaban que el de atrás les había pegado, por eso
empezaban unas peleas terribles.
El hombre
invisible, dueño del tren, buscó su antídoto anti-invisibilidad y volvió a
empezar su viaje por todas partes, afortunadamente todo se volvió visible.
Pero, ¡ay no!
¡El hombre invisible no podía seguir llamándose así! Le había caído una gota de
su pócima mágica y ahora todos podían verlo, a él no le gustó la idea de que lo
viesen despeinado así que bebió su invisibilizador y se fue dejando a todos
extremadamente agradecidos y con el tiempo algunos quedaron extremadamente delgados
sin necesidad de evitar la comida y morir.
*vaco es el esposo de la vaca
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