miércoles, 24 de agosto de 2016

El Patito Feo
Había una vez una familia de patitos, estaba la mamá, el papá y algunos huevos. Un día hubo una terrible tormenta en la cual un huevito más cayó en el nido.



Al siguiente día todos los huevitos se abrieron, todos los patitos eran lindos y plumosos, y el otro bebé nadie sabía que era, pero sí sabían algo, que era muy feo. Todos los patitos se fueron de paseo al lago. Se metió la mamá, se metió el papá y después los niños, pero cuando el otro pajarito intentó nadar, no pudo y se hundió. La mamá de los patitos lo sacó del agua y muy enfadada se llevó a sus tres pequeños al nido. Cuando el animalito empezó a hacer amigos solo uno lo quería y respetaba, que era una pajarita fea, se hicieron muy buenos amigos y andaban juntos de un lado para otro. Todo el mundo se burlaba de ellos y les decían que por ser tan feos no les daban ganas ni de dormir, y, claro, como eran pequeños no sabían manejar ese tipo de cosas. Poco a poco fueron creciendo y la amistad entre los dos pajaritos iba aumentando, ellos siempre se ayudaban y cooperaban con los demás, pero los otros animales nunca agradecían. Un día se miraron en el agua, eran muchísimo más grandes que los patos y tenían grandes alas, ¡eran águilas!
Los animales cuando los vieron pensaron que era una gran mentira, que no eran ellos, pero después vieron que sí. Todos se sintieron muy mal y pidieron disculpas.
Desde ese día todos los animales ayudaron a las águilas y ellas apoyaron a los animales cuando lo necesitaban, por ejemplo, si la comida no alcanzaba o si necesitaban emigrar o si alguno estaba herido. Los auxiliaron en muchas ocasiones aunque soportaron la burla y las críticas de los demás animales.
Y ahora ¿Qué aprendemos?
Bueno, que si soportamos críticas o si nos agreden, nunca debemos guardar rencor, siempre debemos ayudar a las personas cuando lo necesiten y nunca debemos dejar de cooperar.

Fin


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