LOS VALORES
Había una
vez una Gran ciudad donde muchísimas personas conocían los valores, los
respetaban y los demostraban. Unas personas demostraban mucho respeto, otras
ayudaban a las personas con lo que necesitasen, y otras más no hacían casi nada
para ayudar. La Familia Castiblanco era increíblemente amable con todos,
respetaban las opiniones, respetaban el hogar de las demás personas y lo que
había dentro y fuera.
Por
ejemplo:
El hijo
menor ayudaba a las personas que lo necesitaran. En una ocasión él caminaba
hacia el colegio y se encontró con su profesora, se le habían caído los libros
de la clase y eran muchísimos, pero al otro lado de la cuadra había una mujer
mayor que tenía dificultades para cruzar la calle. Así que, qué fue lo que
hizo? Pensó y vio que la mujer mayor era su vecina, la señora Emma. Así que en
corto tiempo ayudó a su profesora y después fue corriendo a ayudar a la
señora Emma. Las dos quedaron muy agradecidas y el quedó como un buen vecino y
buen estudiante que ayuda a los demás.
La hija
Menor también era muy amable, cuando la mamá le decía que fuese donde un vecino
a ayudarlo en algo, ella hacía muchas cosas que mostraban que era una buena
niña. Una de las cosas que hacía era no mirar por la ventana para ver si
estaba. Además, no arrancaba las flores de ningún jardín, por eso cuando
podaban los árboles y cortaban las ramitas de las plantas siempre le guardaban
flores o semillas para que pudiese plantar. También hacía favores sin que se lo
pidieran. En una ocasión vio a su vecino Pepe podando los árboles y arreglando
su patio, así que ella se acercó, cogió una palita y ayudó a su vecino a plantar
las semillas.
La hija
mayor también era muy respetuosa. En el colegio cuando el Profesor no podía ir,
ella se preparaba muy bien para poder ayudar en la clase y cuando asignaban a
otro no se ponía celosa sino que pensaba que era bueno que hubiese un reemplazo
diferente, así los estudiantes podían ver un punto de vista diferente respecto
a las cosas y ella podía aprender cómo dar mejor las clases, de pronto más
divertidas, con imágenes, videos o rompecabezas si eran pequeños. O si eran
grandes, cómo hacer para que las clases fueran instructivas, divertidas y
novedosas. Un día demostró ser solidaria porque una compañera de
ella se enfermó antes de un proyecto especial. Así que ella llevó las ideas de
su amiga al colegio y explicó su ausencia.
El hijo
mayor era muy amable, estaba seguro de sí mismo pero no era confiado ni
sabiondo, ayudaba a las personas tanto en grupo como individualmente. Por
ejemplo, un día hubo una campaña donde tocaba pegar unos carteles sobre un
nuevo veterinario. Era una gran consulta donde estaban abiertos las 24 horas
del día, ayudaban tanto problemas graves como ligeros. En esa ocasión no había
voluntarios para poner los carteles así que el hijo mayor les ayudó, y pronto
cubrió toda la ciudad. En otra ocasión una vecina necesitaba ayuda con una
maqueta y sus padres no podían ayudarla así que sin problemas él le ayudó y cuando acabaron vieron que les había quedado muy bonita.
La mamá
era muy amable, siempre ayudaba a sus vecinos, por ejemplo, un día llegó mucha
mercancía a la tienda de al lado, la madre de la familia fue a comprar unas
cosas para el almuerzo, lechuga, tomate, apio, pimentón y algunos pimientos. Al
ver que había tanta mercancía le ayudó al jefe de la tienda a ordenar todo sin
robar nada, era totalmente honesta, por esto todos en su vecindario confiaban
en ella.
El padre
era el más amable de todos, hacía todo lo que podía por ayudar a las personas.
El padre
de familia era un muy buen mecánico así que ayudaba a los vecinos cuando se les
dañaba el auto. En una ocasión se le dañó la moto a un vecino, el padre no
sabía mucho de motos así que para poder ayudar a su vecino, buscó en internet
sobre el mecanismo de las motos. Al día siguiente llevó su caja de herramientas
con todo lo que necesitaba. Le arregló la moto a su vecino y le quedó como
nueva. Después enseñó a sus hijos de una forma sencilla como deben hacerlo,
ellos aprendieron rápidamente y en la noche cuando toda la familia se reúne, el
hermano pequeño le dio una idea a toda la familia. Dijo: Hace poco, cuando
venía del colegio, vi que muchas personas tienen el carro o la moto dañados.
Entonces pensé que podríamos hacer una pequeña campaña de arreglo de
automóviles y motos, qué les parece? Toda la familia se quedó pensando y el
padre dijo: muy buena idea, voy a contactar a todos los mecánicos que conozco
para saber si sus circunstancias se lo permiten. Toda la familia se puso de acuerdo
y al día siguiente se levantaron temprano y empezaron su campaña casa por casa.
Lo increíble de ese día es que fueron más de las personas que el padre había
contactado. Los vecinos invitados llamaron a más mecánicos para que pudieran
participar en la campaña.
La madre y
las dos hijas no tenían buenas manos ni buena técnica para la mecánica, pero
sabían de veterinaria y la hija mayor se preparó para enseñar cómo se puede
ayudar a un animal si está en situaciones fáciles que no requieran un veterinario.
Así que el día de la campaña de los mecánicos, ellas no fueron allí sino que se
ofrecieron en el nuevo hospital para animales. La madre ayudaba a curar a los
animales. La hija mayor decía cómo hacerlo. Y la hija pequeña aprendía.
Al final
del día todos estaban muy cansados de haber trabajado tanto así que descansaron
es sus casas, comieron algo e hicieron su reunión regular de la noche. Todos
contaron como les había ido, los hijos contaron que un carro estaba tan dañado
que toco comprar unos muy buenos repuestos, y el auto quedó muy lindo. La niña
chiquita se reía y decía que había muchos animales bonitos en el consultorio y
que no hubo ningún caso grave.
La hermana mayor dijo que las personas que querían aprender lo hicieron sumamente rápido e incluso entraron a una sala y vieron como la madre ayudaba a un conejito. Al aprender cómo hacerlo le pidieron a la madre que los dejase intentar así que ella dejó a su hija mayor para que les enseñara.
La hermana mayor dijo que las personas que querían aprender lo hicieron sumamente rápido e incluso entraron a una sala y vieron como la madre ayudaba a un conejito. Al aprender cómo hacerlo le pidieron a la madre que los dejase intentar así que ella dejó a su hija mayor para que les enseñara.
Todos se
rieron esa noche y la pasaron muy bien.
Lo que más intrigaba a los vecinos era que la familia no tenía lo suficiente para
vivir, nadie les pagaba por lo que hacían y eran felices. Después los vecinos
se dieron cuenta de que las riquezas no hacen feliz a nadie. Sino que lo que
hace a alguien verdaderamente feliz es ayudar a los demás en lo que necesitan.
Teniendo valores. Demostrando Respeto. Notar que en comunidad se logra mucho
más que en individualidad. Siendo solidarios. Y teniendo buenas relaciones
sociales con todos.
Fin
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